¿Por qué es importante el residuo seco en el agua mineral?

importancia el residuo seco en el agua mineral

¿Te has preguntado alguna vez qué es el residuo seco del agua mineral? Seguro que has escuchado este término, pero tener claro su significado y su importancia es fundamental a la hora de decantarte por una marca u otra.

Como expertos en agua mineral, desde Fuentes de Lebanza vamos a intentar aclarar este concepto para que no te quede ninguna duda. 

¿Qué es el residuo seco del agua?

Simplificando bastante, se conoce como residuo seco a la cantidad de sales disueltas que contiene un agua mineral. Esta proporción depende de varios factores, principalmente de las características y de la geología del terreno en el que se ubique el manantial, así como del arrastre que realiza el agua de lluvia o deshielo a su paso. 

Todo el agua que procede del interior de la Tierra tiene residuo seco, en mayor o menor medida. Dependiendo de la cantidad de minerales que posea, cada una de ella tendrá una composición diferente y única en el mundo.

¿Qué tipos de agua mineral existen según su residuo seco? 

La importancia del residuo seco en el agua mineral es vital, ya que este indicador nos permite clasificarlas según el grado de mineralización. Así podemos hablar de 4 tipos de agua:

  • Aguas de mineralización muy débil 
  • Aguas de mineralización débil
  • Aguas de mineralización media
  • Aguas de mineralización fuerte 

Aguas de mineralización muy débil

Se engloban dentro del grupo de aguas de mineralización muy débil todas aquellas con un residuo seco que no supere los 50 mg/l. Este tipo de aguas suelen ser las más aconsejables para personas mayores y niños, aunque existen aguas de mineralización débil que también son aptas para estos segmentos de la población y además aportan otros beneficios adicionales. Es el caso de Fuentes de Lebanza, considerada de mineralización débil pero aconsejada para personas de cualquier condición y franja de edad. 

Aguas de mineralización débil 

Se consideran aguas de mineralización débil aquellas cuyo residuo seco está entre los 50 mg/l y los 500 mg/l. Es decir, en ellas el residuo seco puede ser hasta 10 veces mayor que en las aguas de mineralización muy débil.

Aunque también suelen ser aguas aptas para personas en edades delicadas o con problemas de salud, en este caso debemos revisar bien qué tipo de minerales contienen y su concentración. Solo así podremos descartar la presencia de algún mineral no aconsejable, bien por patologías o bien por determinadas condiciones físicas de la persona en cuestión. 

Aguas de mineralización media 

En las aguas minerales etiquetadas como de mineralización media, el residuo seco va de los 500 mg/l hasta los 1500 mg/l. Sus efectos pueden ser similares a los de las aguas de mineralización débil o muy débil, aunque en este caso la acción diurética es inversamente proporcional a su contenido en residuo seco. 

Aguas de mineralización fuerte 

Su residuo seco es de 1500 mg/l o más. Son aguas con una alta concentración de minerales y su consumo recurrente no es aconsejable en la mayoría de los casos. Sí están indicadas en situaciones que conlleven una elevada sudoración y pérdida de sales minerales, por ejemplo al practicar una actividad física de alta intensidad o al exponerse a altas temperaturas, pero no se recomienda decantarse por un agua de este tipo para su consumo diario, ni siquiera en personas que no tengan patologías. 

Dentro de las aguas de mineralización fuerte, existe otra subdivisión que nos permite clasificarlas en aguas de mineralización marina (si su residuo seco es similar al del agua del mar, es decir, alrededor de los 35.000 mg/l) o aguas de mineralización hipermarina (cuando el residuo seco supera estos valores). 

Probablemente habías escuchado hablar de aguas de mineralización débil, muy débil, media, fuerte… Pero puede que no supieras que esta clasificación dependía directamente del residuo seco. Esperamos que con este artículo te haya quedado claro qué es el residuo seco del agua mineral y su importancia.

Fuentes de Lebanza está indicada para personas de todas las edades, incluso para aquellas con enfermedades como hipertensión. Pero recuerda que, si eres una persona con patologías o con un estado de salud delicado, lo más aconsejable es que consultes con tu médico qué tipo de agua debes consumir a diario.